Llega un momento en la vida en el que cada una de tus decisiones cuenta: por fin estás viendo los frutos de tu esfuerzo y seguramente estás buscando dar el siguiente paso; quizás estés pensando: “¿cómo hacer que mi patrimonio crezca?”
Una excelente opción para comenzar tu carrera de inversionista es poner la vista en la tierra, ya que te brinda un respaldo económico y te ofrece la oportunidad de generar rendimientos a largo plazo.
Comprar un terreno residencial o un terreno de inversión es ideal para comenzar tu patrimonio familiar, el cual incluso puedes heredar a tus hijos. Ten en cuenta que invertir no es lo mismo que gastar.
Antes de tomar esta importante decisión debes saber que existen dos tipos de terrenos que puedes adquirir para comenzar tu portafolio de inversionista, sin desembolsar mucho dinero:
- Terrenos residenciales.
- Terrenos de inversión.
¿Cuáles son las diferencias entre un terreno residencial y un terreno de inversión?
1.— Construcción y estructura
Existen características clave entre ambos tipos de terrenos, entre ellas se encuentran las siguientes:
Los terrenos residenciales son terrenos urbanizados, este tipo de terreno se caracteriza por contar con los servicios primordiales como luz, agua y drenaje; esto permite que puedas construir tu casa a tu medida, sin tener que pensar en los gastos que conlleva el proceso de urbanización.
Este tipo de terreno es muy versátil, ya sea que estés pensando en construir la casa que siempre soñaste o como herramienta de inversión. Gracias a su infraestructura, el valor de los terrenos residenciales incrementa de manera importante en poco tiempo, solo necesitas encontrar la ubicación adecuada.
Por su parte, los terrenos de inversión son terrenos de tierra virgen, sin ningún tipo de construcción, sin urbanización ni servicios. Básicamente, es un pedazo de tierra en espera de un inversionista que se encuentre en búsqueda de generar altos rendimientos en un largo plazo.
Aunque los gastos de mantenimiento son escasos y el tiempo que le dedicarás es mínimo; el único uso que podrás darle es de un instrumento de inversión con el que deberás esperar hasta 15 años para ver crecer tu dinero.
2.— Valor de la propiedad
El precio entre ambos tipos de propiedades varía de forma considerable:
✔ El costo de un terreno residencial es un poco más elevado.
Esto se debe a la infraestructura que rodea a tu terreno, pareciera una característica mala, pero tengamos en cuenta lo siguiente: la mayoría de este tipo de terrenos se encuentran dentro de desarrollos residenciales con amenidades que aumentan su valor.
Estas características aseguran el crecimiento de la plusvalía de tu terreno, que podría generar rendimientos de hasta el 30 % anual, lo que representa, sí o sí, un gran acierto para tu bolsillo.
✔ Sí, el costo de un terreno de inversión es menor.
Al no contar con infraestructura, ni ningún tipo de construcción, el valor de la tierra tiende a ser menor, por lo que es una buena opción si tienes un presupuesto reducido, siempre y cuando no tengas en mente construir una casa, ya que no están habilitados para este fin.
Este tipo de inversiones son de largo plazo, por lo que puedes generar grandes rendimientos, aunque deberás tener paciencia, ya que tardará entre 10 y 15 años para que aumente su valor.
3.— Gastos de mantenimiento
✔ Los terrenos residenciales son inversiones a mediano plazo, por lo que los primeros años los gastos de mantenimiento serán mínimos. Sí, contarás con la infraestructura para contar con todos los servicios, por lo que no tendrás que preocuparte por los pagos hasta el momento que decidas construir en ella.
✔ Los terrenos de inversión al ser terrenos de tierra virgen no requieren de ningún tipo mantenimiento, por lo que dejarás prácticamente que tu dinero crezca mientras tú descansas en tu casa, este tipo de inversiones son de largo plazo.
Ahora bien, si decides construir dentro de tu terreno, los costos de urbanización correrán por tu cuenta.
4.— Inversión / rendimientos
Terrenos residenciales: dependiendo de dónde compres tu terreno obtendrás los beneficios, recuerda que la ubicación es la clave; por ejemplo, si inviertes en un desarrollo inmobiliario con grandes oportunidades de crecimiento, tu terreno residencial puede incrementar su valor de manera considerable.
Sí, el costo es mayor, pero la plusvalía de tu terreno se encuentra asegurada.
Terrenos de inversión: al tratarse de un bien inmueble de menor valor, necesitarás de un bajo capital para iniciar tu inversión, ahora bien, necesitarás ser muy paciente para empezar a percibir tus rendimientos.
5.— Tiempo de retorno de inversión
Terrenos residenciales: son consideradas herramientas de inversión a mediano plazo, es decir, en un lapso de 1 a 5 años el proceso de urbanización se encontrará listo, por lo que podrás construir o vender tu terreno a un mayor precio después de ese tiempo.
Terrenos de inversión: en relación costo/beneficio, los terrenos de inversión te brindan grandes oportunidades de hacer crecer tu dinero en un plazo estimado de 15 a 20 años, por lo que necesitarás paciencia para ver los frutos de tu decisión.
Como puedes ver, ambas herramientas representan una gran oportunidad para tu patrimonio y tu bolsillo, solo falta que decidas cuál es la opción que mejor se ajusta a tu perfil de inversionista.
Sigue construyendo tu carrera de inversionista con nuestra guía y descubre cuál es la mejor opción para invertir según tu edad.